martes, 15 de abril de 2014

Capítulo 11





Llegamos a la gran sala de entrenamiento, allí están todos los tributos reunidos, a excepción de los profesionales que su arrogancia les permite llegar tarde.

Un chaval nos lee algunas indicaciones sobre los distintos puestos y nos advierte que no debemos pelearnos entre nosotros, que ya tendremos tiempo en la arena. Suena una campana y cada uno se dirige a algún puesto, todos menos yo.

Me quedo allí parado sin saber que hacer ni adonde dirigirme, en mitad de la multitud... hasta que oigo un siseo, como si alguien me estuviese llamando. Me giro y veo a una anciana en un puesto abandonado, a la espera de que alguien aparezca, me acerco tímidamente, y la anciana me dice:

-Te veía distraído y he pensado que a lo mejor querrías acercarte, aquí enseño sobre raíces, si son comestibles, las formas de cocinarlas...

-Por lo que veo no tiene mucho éxito, ¿de verdad pueden simples raíces sernos tan útiles en la arena?- pregunto con desconfianza-.

-Más de lo que tú te crees chico... Las raíces crecen en infinidad de sitios, independientemente del clima, siempre y cuando haya árboles. Aparte de ser muy nutritivas también son un gran medio para encontrar agua...

Así paso casi toda la mañana, aprendiendo sobre los tipos de raíces y las utilidades que pueden tener. La señora, que se llama Rose, me enseñó muchas cosas sobre ello, además de técnicas y consejos para los juegos. Digamos que se ha convertido en mi nueva mentora.

Hacemos un descanso para almorzar, en el enorme comedor hay cuatro mesas, la primera la ocupan los profesionales y los demás tributos se acomodan en el resto. Maysilee, Lenny, Lucy y yo nos sentamos juntos, compartiendo mesa con los tributos del 9 y el 3.

Allí me vuelvo a encontrar con el chico de los huesos de cristal, que me clava sus enormes ojos vidriosos...



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